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El fisioterapeuta, en general, trata el dolor de una forma más local. La osteopatía en cambio, además del muscular esquelético, tiene en cuenta el resto de sistemas del cuerpo y la integración de todos ellos: el sistema fascial, las vísceras y su función, el sistema hormonal, el sistema nervioso central y el periférico... Nuestro cometido es encontrar el origen de la dolencia que motiva al paciente a consultar, e intentar ayudarlo. El osteópata es un ‘arquitecto’ que trabaja sobre la estructura del organismo para conseguir la mejor funcionalidad posible. Somos conscientes que el tratamiento osteopático no es efectivo en todos los casos, y tenemos que saber detectar cuándo es necesario derivarlo a otro profesional.

La mayoría de pacientes realiza la primera visita por algún motivo específico, como dolor de espalda, cefalea, migrañas, vértigos, dolencias musculo esqueléticas, etc., que no ha solventado a través de médicos u otros profesionales. También tenemos muchas visitas de gente con alteraciones digestivas, uroginecológicas, asma, pitidos en los oídos, etc. Tratamos niños, jóvenes, personas de media edad y mayores y también embarazadas; la osteopatía es válida para todo tipo de pacientes.

Primero hay que conocer el historial médico e incluso social, es decir, recabar toda la información relevante, para luego hacer una exploración física de la persona y encontrar la causa de la dolencia. Una vez detectada, aplicamos una serie de técnicas, que pueden ser estructurales, funcionales, viscerales, craneales,... Con esto, ayudamos a reequilibrar el propio cuerpo, lo que supondrá una mejora. Son tratamientos basados en la prevención, sin medicamentos, y no son agresivos ni peligrosos. 

Es muy importante que nos transmita cómo responde su cuerpo, le pedimos que compare como llegó y los cambios que va sintiendo después de la consulta. Si en dos o tres sesiones no ha notado mejora y cambios, quizá no hemos encontrado el motivo correcto y debemos seguir investigando, cambiar el abordaje y seguir trabajando con el objetivo de resolver el problema. 

Efectivamente; en pocas sesiones podemos favorecer la movilidad de la pelvis y la columna vertebral y el sistema músculo esquelético para el momento del parto. Es un buen acompañamiento durante el embarazo para el bienestar de la madre y el bebé. Y también ayudamos a mujeres que todavía no están embarazadas pero quieren preparar su cuerpo para que éste sea un buen “nido”.