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Cuando un cliente entra en cualquiera de nuestras academias, sólo encontrará allí profesores. Entre nosotros hablamos constantemente, nos aconsejamos y enseñamos unos a otros. Somos un equipo de personas que sienten pasión por enseñar. Hace unos años tuvimos un alumno que había suspendido todas sus asignaturas; estaba bastante desmotivado y había perdido las ganas. Hablamos con sus profesores y sus padres para coordinar entre todos un programa. Con el apoyo de todos, nos pusimos a trabajar y, poco a poco, le devolvimos la confianza y le orientamos. El día que aprobó la selectividad lo celebramos con su familia, y hoy está estudiando en la universidad con notable éxito.

Exacto; con esos ingredientes podemos conseguir casi cualquier cosa.

En primer lugar, abaratando los costes.  Nosotros   no   queríamos hacer clases para unos pocos privilegiados. En segundo lugar, haciendo que los alumnos quieran repetir año tras año. Tenemos alumnos que llegaron sin hablar una palabra de inglés y, después de tres años, se presentan a los exámenes del  First Certificate. Hemos aumentado la cantidad de alumnos porque a los que vienen nuevos se les suman los de cursos anteriores, que siguen estudiando con nosotros.

Aprender una o dos lenguas es algo que todos hemos hecho de niños, por lo que no creemos que haya personas que no estén capacitadas para aprender un nuevo idioma. Uno de nuestros eslóganes es: “Saca el inglés que tienes dentro”. Y es cierto, todos tenemos un conocimiento pasivo de inglés, por lo que hemos leído y escuchado, que sólo está esperando que alguien lo ponga en marcha.

Como profesionales, tenemos la obligación de formarnos en los avances de la enseñanza de idiomas, que en los últimos años han sido numerosos y relevantes. Además, todos nuestros profesores nativos estudian, a su vez, otro idioma; desconfiamos de los profesores que no son, también, alumnos. El alumno es el centro, y su éxito es el nuestro.

El éxito del alumno llega cuando se da cuenta de que puede hacer cosas que antes le resultaban inalcanzables. Hablar un idioma, aprobar un examen… Hay un instante maravilloso en el que el alumno se suelta de la mano del profesor y empieza a caminar por sí mismo. En ese momento el éxito es por partida doble.