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No es común encontrar una residencia ubicada en una masía construida en 1661 y menos que dicha masía se encuentre situada en el centro de una ciudad, Granollers en este caso. Esos son dos de los varios elementos que hacen de la Residencia Can Monich un espacio perfecto para confiar la tranquilidad de nuestros mayores. Junto al imponente edificio aislado de dos plantas y su buena comunicación, a sólo 30 minutos en transporte público de Barcelona, Can Monich cuenta otra instalación que la hace única. Concretamente un zona ajardinada de más de 2.500 m2. Todo lo mencionado y sobretodo unos servicios de asistencia integral de calidad a sus residentes son parte de la filosofía inherente de este centro fundado en 1993.

 Antonio Cos, gerente y Núria Enríquez, directora, nos hablan de la filosofía de Can Monich. Para la directora no es otra que “ofrecer una asistencia integral, facilitando un entorno familiar, adaptándose a las necesidades específicas de cada persona e intentando mantener o recuperar el máximo grado de autonomía personal y social.” En cuanto al perfil de residente, se trata en su mayoría de personas mayores de 65 años, con o sin autonomía suficiente para realizar actividades diarias, y que necesitan atención y supervisión. Tal como señala Núria Enríquez se trata de “personas que tienen unas circunstancias socio-familiares que requieren la sustitución del hogar y también otras que tienen  una problemática de salud importante –pueden ser menores de 65 años- que precisa atención especializada.” En general, gente que proviene de Granollers y su comarca y de un estatus de clase media. 

Tal como apunta Antonio Cos, una vez han ingresado “valoramos su estado físico y cognitivo lo que nos permite plantear objetivos y actuaciones a seguir en función de su estado general. Ahí nuestros técnicos deciden si requiere atención individualizada o rehabilitación y en qué grupos de usuarios se les incluirá, en función del grado de autonomía.” 

 A partir de ahí van participando los diferente profesionales de Can Monich, que son más de 40 en total. Los servicios médicos y de enfermería velan por la salud de los usuarios y atienden a las diferentes patologías que puedan presentar coordinándose con los especialistas y el CAP de referencia. El servicio de fisioterapia y rehabilitación participa en la intervención preventiva, correctiva y/o de mantenimiento de su funcionalidad. La atención psicológica da respuesta a los procesos previos vividos por el residente y su familia antes de su ingreso y también evalúa la adaptación. La trabajadora social presta soporte a usuarios y familias ante los diferentes procesos que se viven dentro de la residencia y también orientan sobre temas como tramitación de la Ley de Dependencia. 

 Y lejos de los tópicos que podamos tener sobre las residencias, la actividad en Can Monich es constante. Ese es el cometido de la terapeuta ocupacional y el animador sociocultural. La terapeuta trabaja con los residentes en las diferentes actividades de la vida diaria para adquirir y/o mantener los conocimientos, las actitudes y las habilidades necesarias para desarrollar las tareas cotidianas. La animación sociocultural fomenta la comunicación interpersonal con el objetivo de estimular la relación entre los usuarios y sus familias. En este aspecto, tal como explica Núria Enríquez, “Can Monich es un centro puntero. No sólo vamos más allá en la relaciones socioculturales internas ya que estamos introduciendo terapias con animales, sino que estamos muy implicados en la vida asociativa del barrio y de Granollers. Nos visitan escolares de la zona, hacemos dos salidas al mes, vienen a vernos asociaciones musicales locales, organizamos comidas para los familiares, etc.”

Los responsables de Can Monich, topan habitualmente con miedos, dudas que las familias manifiestan cuando deben ingresar a un ser querido. Tal como apunta Antonio Cos “habitualmente ni el usuario, ni la familia ha tenido contacto con el mundo residencia y el concepto que tiene viene de otros testimonios y de los medios de comunicación. Llegan con muchas dudas.” Dudas que  se disipan en las entrevistas previas que los familiares y / o futuros usuarios realizan con la trabajadora social para mostrar las instalaciones y a medida que conocen el centro, los profesionales y su funcionamiento. 

 En este aspecto cabe señalar que  en muchas ocasiones, a las pocas semanas, los propios familiares reconocen la mejora de sus familiares. Tal como apunta la directora, “vivir en una residencia ofrece una mayor estimulación tanto a nivel físico como a nivel cognitivo que muchas veces  ayuda a la persona a estar más activada, más despierta y que le permite realizar actividades que en su casa no realizaba. El simple hecho de convivir con otras personas ya implica un aumento de la vida social que muchas veces no se da en la gente mayor.” Todo ello sin contar la descarga física y emocional que supone para las familias que hasta entonces cuidaban a sus mayores, teniendo en cuenta la dificultad que supone cuidar a un familiar con determinadas patologías. 

 Can Monich cuenta con 68 plazas -39 privadas y 29 concertadas- así como 15 plazas de centro de día que funciona de 8h30’ a 20h30’ de lunes a domingo, adaptando tanto los días como el horario de estancia a cada situación. Junto a los usuarios del centro de día y los residentes indefinidos cada vez tienen más presencia las estancias limitadas o temporales, que dan respuesta a las necesidades puntuales de las familias que tengan en casa a alguna persona mayor, dependiente o no, que requiera una atención especializada. Tal como nos explica Antoni Cos, gerente de Can Monich, “este servicio permite descargar a las familias en periodos como vacaciones y también es una excelentes solución ante escenarios como urgencias imprevistas (accidentes, operaciones), postoperatorios o rehabilitaciones funcionales.”

 Para acabar corresponde preguntar cuáles son los planes de futuro de Can Monich. Núria Enriquez señala “nuestro objetivo es continuar ofreciendo el máximo confort, bienestar y calidad de vida a nuestros residentes, como hasta ahora” a lo que el gerente Antoni Cos añade que “queremos continuar creciendo, tenemos espacio para ello, pero sin que se resienta nuestra calidad en el servicio.”

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