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Hipócrates ya dijo en su momento ‘Si hay problemas de salud, mirad primero la espalda’. Los espinólogos ajustamos la columna vertebral para liberarla de sus desajustes. No se trata de una terapia de masaje, ni de manipulación articular, ni de una fisioterapia destinada a tratar el dolor.

Aquellos que se producen en una articulación de la columna y debilitan la capacidad de comunicación, repercutiendo sobre el correcto funcionamiento de los órganos internos del cuerpo que están siendo inervados. Si no cuidamos la espalda, la vertebras se desajustan, los discos vertebrales se deshidratan, puede darse una posible hernia y puede aparecer el dolor ya que se comprometen las fibras nerviosas que salen de ellas. A no tan largo plazo esto afecta no sólo la movilidad, sino a los órganos internos y a la salud en general. 

Las rutinas, los hábitos de vida, el estrés, las malas posturas, también traumatismos generados por golpes o caídas, etc. Todo ello hace que el cuerpo genere adaptaciones al medio que provocan pérdidas de movilidad articular en la columna.

No. La eliminación del dolor de espalda no es el objetivo de un ajuste vertebral, porque el dolor no constituye un factor del todo idóneo para guiar el cuidado mediante espinología. Si me permite, yo lo compararía con los procesos oncológicos en los que el dolor puede aparecer en estados tardíos. Aún así puedo decirle que nos visita mucha gente con dolor de espalda, bloqueados psicológicamente por el dolor, que no han encontrado solución alguna y que tras unas pocas sesiones este dolor remite gracias a la espinología.

Con las manos, tanto para palpar la espalda en la primera exploración y para después realizar los ajustes articulares que aplicamos en las distintas sesiones. Sin medicamentos, ni sustancias, tampoco ondas ni frio ni calor, ni aparatos de ningún tipo. 

Por supuesto. Se trata de un cuidado de la espalda apto para cualquier persona, independientemente de su edad, estado o condición. También trabajamos con muchos deportistas.  En definitiva la Espinología nos permite liberar nuestro sistema nervioso de interferencias, permitiéndole trabajar a todo su potencial, recuperando sus capacidades de autogestión y recuperación.