Ataja el estrés desde el primer síntoma
El estrés afecta al 40% de los trabajadores españoles y pasa cada vez más factura a los adolescentes
Cada persona siente y expresa el estrés de manera distinta. Incluso podemos estar estresados y no darnos cuenta. Sus causas son muy diversas: laborales, familiares o de pareja, por enfermedades, cambios climáticos... Lo más importante es reconocer el estrés y sus síntomas: consultar al farmacéutico puede ser un primer paso y, si el problema persiste, debe acudirse al médico de familia o al psicólogo.
En la mayoría de los casos, cuando nos damos cuenta de que padecemos estrés éste ya nos afecta de manera notable. ¿Por qué llegamos a esos límites? Unas veces porque nos acostumbramos al ritmo de vida que llevamos sin prestar atención a lo que sentimos, otras porque le restamos importancia aduciendo que tampoco podemos hacer nada para evitarlo. Sin embargo, el estrés es una dolencia que afecta al bienestar de muchas personas, cuya incidencia se ha multiplicado a consecuencia del panorama económico y laboral que vivimos, pero que hace falta tratar cuanto antes para que no acabe interfiriendo en nuestra salud. La vuelta al trabajo o a los estudios tras el parón veraniego tiene, desde hace años, una tipología de estrés propio: el post-vacacional.
Señales de alarma
El estrés es básicamente una situación de dificultad o sobrecarga que, por otra parte, es natural y necesaria en el proceso evolutivo del ser humano. El organismo se defiende con una variedad de respuestas neurofisiológicas, que pueden manifestarse a nivel físico, psicológico o conductual. Sus síntomas más comunes son nerviosismo, irritabilidad, cansancio, falta de concentración y ansiedad.
Todos estos síntomas, que tienden a perpetuarse cuando hay una razón concreta que los produce (inestabilidad laboral, enfermedad de un familiar, etc.), deben hacer saltar nuestras alarmas, ya que si no se atacan de raíz pueden derivar en serias consecuencias para la salud de quien los padece. Ansiedad, agotamiento, dolores de espalda o de cabeza, depresión, presión sanguínea alta, insomnio, caída del cabello, cambios de humor, etc. También pueden aparecer enfermedades como gripe, gastritis, úlceras, migraña, contracturas musculares, alergias, asma, infartos... De ahí que sea crucial no pasar por alto este tipo de situaciones de estrés.
Señales de alarma
El estrés es básicamente una situación de dificultad o sobrecarga que, por otra parte, es natural y necesaria en el proceso evolutivo del ser humano. El organismo se defiende con una variedad de respuestas neurofisiológicas, que pueden manifestarse a nivel físico, psicológico o conductual. Sus síntomas más comunes son nerviosismo, irritabilidad, cansancio, falta de concentración y ansiedad.
Todos estos síntomas, que tienden a perpetuarse cuando hay una razón concreta que los produce (inestabilidad laboral, enfermedad de un familiar, etc.), deben hacer saltar nuestras alarmas, ya que si no se atacan de raíz pueden derivar en serias consecuencias para la salud de quien los padece. Ansiedad, agotamiento, dolores de espalda o de cabeza, depresión, presión sanguínea alta, insomnio, caída del cabello, cambios de humor, etc. También pueden aparecer enfermedades como gripe, gastritis, úlceras, migraña, contracturas musculares, alergias, asma, infartos... De ahí que sea crucial no pasar por alto este tipo de situaciones de estrés.
Comunicación Empresarial
Redacción, España